martes, 27 de junio de 2017

Frase

 


Joaquín Sabina un gran artista y defensor de la tauromaquia de eso no cabe duda, siempre con sus canciones y frases hacen que las personas pensemos dos veces para decir algo y en especial si es sobre el mundo del toro.

La frase que allí se pone simplemente es una pequeña descripción de lo que hacen los toreros pero que se puede aplicar a todos y en todos los sentidos de nuestra vida pues simplemente debemos hacer y sentir las cosas de verdad, dejándonos de lado todo lo que la gente puede pensar de nosotros, simplemente siendo nosotros mismos porque si no sentimos y hacemos las cosas de verdad no vamos a sentir lo bonito de la vida aunque a veces salgamos lastimados por hacer aquello que nos gusta con el sentimiento y pasión que se debe hacerlos.

Creo fervientemente en que si no nos arriesgamos a hacer lo que de verdad sentimos en el momento que debemos después nos vamos a arrepentir tanto que de las cicatrices normales que es dejara los tendremos duplicadas, porque tendremos en nuestra conciencia él ni siquiera haberlo intentado; esto es algo que cuesta entender pero que con el tiempo uno se va dando cuenta, pero después de varios golpes.

Todo lo que se siente y se hace bien con los "cinco sentidos" a la final tiene sus frutos buenos aunque eso conlleve en el camino demasiados golpes y cicatrices en nuestra alma y corazón, pues no habría emoción en las experiencias que se adquiere si esos golpes y cicatrices no estuvieran presentes.

Esta frase pone mucho a pensar en sobre lo que se hace, se tiene y se siente y en todo aquello que uno ha hecho por eso, en todo lo que se ha tenido que pasar, y en especial por todos aquellos momentos difíciles de los cuales uno se vale para crear después los mejores recuerdos, las mejores experiencias.



martes, 20 de junio de 2017

Puerta Grande en el cielo: Iván Fandiño

Foto tomada de la Web de Iván Fandiño

Una vez más la puerta grande del cielo se ha abierto y esta vez para Iván Fandiño y todo esto a menos de que se cumpla un año de la entrada al cielo del Víctor Barrio, con esto una vez más se demuestra que en el ruedo la vida y la muerte son una realidad y que los toreros son de "carne y hueso", que esos hombres que se juegan la vida cada tarde y que parecen eternos pues, no lo son.

Iván Fandiño natural de Orduña, de 36 años y que ha hombros tenía una gran cantidad de triunfos y puertas grandes murió en Francia en la localidad de Mont-de-Marsan el 17 de junio del 2017, una muerte que ha todo el mundo del toro nos ha hecho tambalear, que ha pegado muy fuerte en los aficionados y nos ha hecho valorar a esta profesión y al arte de la tauromaquia como es.

Fandiño y su estilo de torear muy serio y puro en cada muletazo que daba, una forma de torear que enganchaba al que lo veía que nos sacaba "olés" del alma que emocionaba a cada paso que daba, nos hacía emocionar y olvidarnos un momento de todo simplemente nos hacía disfrutar del arte que emanaba en cada tarde y que lo ha llegado ahora ya ha consagrar en una LEYENDA de la tauromaquia.

Hace solo un par de semanas había conseguido la que tal vez fue su última puerta grande, en la ciudad de Riobamba, fue una tarde en donde su estilo hizo vibrar la plaza de toros, hizo que todos los presentes nos emocionemos y percibamos lo que él estaba expresando en el ruedo una corrida en donde su arte y temple salió a flor de piel en donde todos decíamos un olé sentido en cada movimiento que el ejecutaba en medio de un pasodoble que engrandecía lo que iba realizando.

Fandiño ya se unió a Víctor Barrio, El Pana, Renato Motta y a todas esas leyendas del mundo del toro que allí en el cielo seguramente se encuentran mostrando todo el arte que un día mostraron y los engrandecieron aquí en la tierra.

Que descanses en paz Maestro Fandiño.