Este mes de Julio dentro del mundo del toro ha
marcado el primer aniversario de dos toreros caídos en la plaza de toros:
Víctor Barrio (primer año) e Iván Fandiño (primer mes).
Víctor Barrio caído el 9 de julio del 2016 ya un
año de aquel día en que con la sangre derramada de este torero en la plaza de
toros, nos demostró que los toreros son personas de carne y hueso, que la vida
y la muerte están presentes en la plaza de toros, él fue el primer torero
muerto desde el inicio de este siglo y definitivamente nos hizo caer en la
realidad de que en la plaza de toros la vida y la muerte se pasean y están
latentes en cada tarde.
Iván Fandiño nos volvió a recordar una vez más el
17 de junio de 2017 que en el toreo las cosas son de verdad, que los toreros
son personas de carne y hueso y que se juegan la vida cada tarde, que aunque
parezcan hechos de hierro no lo están, el mundo del toro (así como la muerte de
Víctor Barrio) siente la ausencia de Fandiño, ausencia que se encuentra muy latente
y se lo recuerda por esa franqueza como persona y como torero, porque tenía su
estilo puro, clásico muy de él, simplemente el no necesitaba demostrar nada a
nadie, sentía el arte y la pasión el momento de ejecutar cada faena.
Dos hombres jóvenes que dejaron a sus familias aquí
en la tierra pero que desde el cielo de seguro las cuidan como si estuvieran aquí
en la tierra, Víctor dejó a su mujer y Fandiño dejó a su mujer y a su hija, un
pedacito de él aún entre nosotros. La ausencia que deben sentir cada uno de los familiares de estos dos grandes debe sentirse como en el primer día, dolor que afrontan con mucha fuerza; lastimosamente es un
arte en donde las glorias muchas veces se pagan con sangre, pero que ellos
asumieron desde el primer día que decidieron emprender el dificultoso camino de
ser TORERO.
Dos TOREROS que han pasado a la inmortalidad en
el mundo del toro, dos toreros a los que siempre se les tiene presentes en la
mente de todos los aficionados mientras se recuerdan cada una de sus faenas.
Descansen en paz TOREROS!!